Cada día te esperaba
desnuda de palabras.
Enmudecía todo mi cuerpo
cuando te asomabas a mis ojos
que resplandecían con tu olor
a lujuria recien horneada.
Traías un remanso bajo el brazo.
Toda la dulzura caía sobre mi pelo,
y resbalaba por mi espalda,
para quedarse a dormir
en una esquina de tus manos
Caminabas por mi piel,
y tus huellas dibujaban amapolas
en cada uno de mis poros.
Me dejaste la primavera
y todo su colorido en mi pupila
desnuda de palabras.
Enmudecía todo mi cuerpo
cuando te asomabas a mis ojos
que resplandecían con tu olor
a lujuria recien horneada.
Traías un remanso bajo el brazo.
Toda la dulzura caía sobre mi pelo,
y resbalaba por mi espalda,
para quedarse a dormir
en una esquina de tus manos
Caminabas por mi piel,
y tus huellas dibujaban amapolas
en cada uno de mis poros.
Me dejaste la primavera
y todo su colorido en mi pupila
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