Rodamos como astros,
y una lluvia de estrellas
cruza nuestro horizonte.
Ya la carne asume su materia,
y palpo tus contornos
y me aferro a tu espalda
y sorbo tu saliva
mientras crece la llama,
y una marea me sube por los muslos
desatando oleajes.
Mi centro disociado de mi centro
gira en torno a tu eje...
y espumas desbordadas
se
pre
ci
pi
tan
en la cueva de lo eterno.
© Carmen Aguirre
4 comentarios:
Sutiles versos, delicada sensualidad.
Saludos desde El Bierzo
wow fiebre de luna llena en la luz de mis ojos que me besa dulcemente...
muy bonito Carmen feliz dia
Gracias mi querido Tete, por tus siempre bellos comentarios.
Buen fin de semana y besossss
Siempre hay que ser sutiles. referente a este tema.
Muchas gracias Salvochea por pasar a leerlo.
Un abrazo desde Málaga
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