Cuántas
inclinaciones ante mi eco. El racimo uniforme, cellos en tiralíneas,
sonatas en do menor y acústica biennacida. El paladar. Una fuente, una
sopa de letras. Un carmín en las manos de unos labios. Mis pómulos, tus
pómulos, tus ojeras en mis silbidos. ¡Ay!..Esa voz que inclinó su frente
a la media mía, el volumen que despierta el aire. Al alba,
corre...corre, que se me escapa el epílogo en esa cartera del viento. No
lo ves, atesora letras como la vid. Un simple comienzo en el final de
una maqueta.
martes, 4 de febrero de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
¡Precioso!
Un besico para ti
gracias¡¡¡
Publicar un comentario