ABRAZO DE AMOR
Cuando me acunas en tu regazo,
de mis labios van surgiendo
manantiales de cristal y de
esperanza
como perlas nacaradas
de un amanecer de mayo.
Eres como un mar salobre que,
con sus olas espumosas,
abanica las playas del alma mía.
Qué sabor a mar
en el cuenco de tu mano.
Eres una caracola
con el sabor del océano.
Qué de olas,
palpitantes y encendidas,
se acrecientan en mi pecho
cuando trazas pinceladas
con el paladar de azúcar
sobre mi piel temblorosa.
Qué de peces
se resbalan por mis senos
con su fluir de burbujas
y de espumas diamantinas
saciando afanes profundos
o, tal vez, curando heridas.
Qué aleteos,
azules y anaranjados,
de gaviotas sedientas
o de tímidas palomas
se te escapan suavemente
por las yemas de los dedos.
Qué de luces
de arco iris y de aurora
se proyectan sutilmente
en el vidrioso contorno,
frágil y acaramelado,
de unos ojos
heridos por la pasión.
Qué de risas
en tu boca de jazmín
y en el arco que proyecta su
silueta
dulce y cálida, esponjosa,
cuando te acercas despacio
por la exultante pradera
verde, rosa y plateada
del valle del corazón.
Qué de sauces en tus manos
acariciando mi piel.
Qué torbellinos de fuego
se agitan en tu interior.
Qué de carne temblorosa y
palpitante
en un abrazo de amor.
1 comentario:
¡Qué de bellas sensaciones podemos sentir en un abrazo! Y qué bien lo has expresado.enhorabuena.
Saludos.
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