(A mis hijas)
Que no se acabe la onda expansiva
de tu aliento en la forma imperfecta
de mis cosas, ni el cielo que miras
se desplome en mitad de tus cejas.
Que no termine el son de tu risa
en el aire que amansa las fieras
de este mundo feroz, ni se extinga
en mis ojos la luz de tu estrella.
Que no acabe la Tierra en la orilla
de tu playa, ni el mar que contemplas
te erosione en silencio la vida,
desde adentro hasta donde me duela.
Que no termine el sueño que aviva
la esperanza en tu torre de arena,
ni mis lágrimas rieguen las lilas
en el mármol de tus primaveras.
Que no se acabe tu onda expansiva
en mi universo opaco. Que vuelvan
las ilusiones a tu cornisa
y no acaben mis noches en vela,
en los próximos mil años.
MªAntonia Gutiérrez Huete
jueves, 6 de septiembre de 2012
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