A veces sueño que soy otra;
tú no lo sabes y me sonries
con esa sonrisa
que me abraza y me aniquila.
Aunque hay días que la dejas escapar
por esa rendija de tu mal caracter.
Cuando soy otra,
suelo pasear por Manhatan a media noche,
o leer mi poema preferido a orillas del rio Hudson
Los placeres del mundo se dividen en dos:
tu boca,
y bañarme desnuda en el mar de Mármara
guardando en mi retina la belleza
del Bósforo y de tus ojos cuando se detienen
en mi cuello, y me absorben la vida.
Todo es perfecto cuando me sueño otra, y
al despertar, estás ahí, pegado a mí,
preguntándome que camisa te pones
para la reunión con tu jefe.
tú no lo sabes y me sonries
con esa sonrisa
que me abraza y me aniquila.
Aunque hay días que la dejas escapar
por esa rendija de tu mal caracter.
Cuando soy otra,
suelo pasear por Manhatan a media noche,
o leer mi poema preferido a orillas del rio Hudson
Los placeres del mundo se dividen en dos:
tu boca,
y bañarme desnuda en el mar de Mármara
guardando en mi retina la belleza
del Bósforo y de tus ojos cuando se detienen
en mi cuello, y me absorben la vida.
Todo es perfecto cuando me sueño otra, y
al despertar, estás ahí, pegado a mí,
preguntándome que camisa te pones
para la reunión con tu jefe.
<Puri Teruel Robledillo>
2 comentarios:
Es emocionante y hasta necesario sentirse otra para descubrir otras realidades más allá de la realidad cotidiana,para viajar por parajes maravillosos,mágicos...
Saludos Puri.
Gracias Jerónimo, un placer que estés ahí, al otro lado, leyéndome.
Mil besos
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