La magia salía de su escondite
cuando sumergías tus ojos en mi orilla.
Sudorosos y hambrientos como lobos,
devorábamos el mundo,
y él, se dejaba
cuando sumergías tus ojos en mi orilla.
Sudorosos y hambrientos como lobos,
devorábamos el mundo,
y él, se dejaba
2 comentarios:
La palabra se vuelve magia en tus poemas.Me gustan cortitos e intensos.
Besos mi Puri.
Gracias Carmen, amiga, no sabes como agradezco tus palabras, eres muy especial
Un fuerte abrazo
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