I
Levitas sobre hojas caídas
para no rozar el desamor.
Pero la imagen de tu recuerdo,
queda suspendida en la memoria
de otros viajeros.
Y tú observas
como las naves dibujan estelas.
II
Estos ojos de juventud
presurosos al amor,
desconocen las tinieblas,
se lanzan al vacío
llenándolo de promesas fatuas.
Es entonces, cuando estos ojos
Se llenan de tu azul mirada.
III
Sentado a la orilla de lo andado
observas como lo hacen las piedras,
conoces las tormentas,
distingues el baile de las ramas
cuando se entregan al viento,
sabes de las manos blancas
que acarician el amor
y corres tras él para alcanzarlo.
IV
llegas al patio de los naranjos,
donde sabes que un viajero
no hace preguntas.
La magia lleva el nombre de azahar.
V
No cae la hoja en otoño,
ni la nieve cubre los eneros,
te acurrucas en los ojos de la ausencia para hacerla tuya.
Sabes, que ella guarda los granos del amor,
para que solo crezcan cuando estés tú.