Acusando vacío de prudencia
llegó Don José raudo a su ventana…
Vino así a decirla muy de mañana,
todo lo que sentía con urgencia:
el sin vivir lejos de ella y su esencia,
aquel amor que se le desbordaba
cuando con su triste mirar soñaba,
el palpitar sin medida ni frenos,
y el deseo de perderse en sus senos
que nacía cuando la miraba…
.
Y entre recias rejas y frescas flores,
Doña Angustias vino a consentir
que Don José y su sincero sentir
llegaran a engalanarla de amores
en su ventana de vivos colores…
No todo en su austera vida, sería
guardar la prudencia siempre sombría
y dejar escapar tal ocasión
de entregar su férreo corazón
a la más bella y brava sinfonía….
.
.
Galatea Santos®