sábado, 22 de febrero de 2014
domingo, 9 de febrero de 2014
EL PESO DEL DOLOR
(Imagen de la red)
Amanecemos cada día
con el peso del dolor a
las espaldas.
Vomitamos el esplendor
de los espejos
al lado del crisol
amargo
de nuestros sueños rotos.
Nos invade la semilla
cruel
del desaliento matutino
de las clepsidras
con el peso vil, con la
gélida pantomima
de una mirada de espanto
que se enrosca, como una espiral de sombra,
en el corazón sediento.
Anochecemos nuestra
esperanza
como anochece la tarde
de nuestra ausencia.
Anclada en el contorno
amargo de nuestro dolor,
una lágrima que emana
silenciosa
en la fontana del llanto
que surge de nuestro
pecho,
brota de nuestros ojos
y recorre los desolados
senderos
de nuestras mejillas,
hiriendo nuestra piel,
con sus salados cristales.
http://trabajosdeencarna.blogspot.com
POEMA PUBLICADO EN LA REVISTA DE CREACIÓN LITERARIA Y PLÁSTICA "ALDABA" nº 23. EDITADA POR LA ASOCIACIÓN ARTÍSTICO LITERARIA ITIMAD DE SEVILLA. INVIERNO 2014.
.
AMANECER
.
Llega ya el amanecer...
y con los claros del día
de nuevo se puede ver
el bullicio en la masía,
cuando empieza a renacer
su festín de algarabía.
Se dibuja en la colina
los tonos de una paleta
que le da el verde a la encina
y el morado a la violeta,
formando esa bambalina
que adorna cada meseta.
¡Y comienza el festival
del sol besando las viñas,
encendiendo en el fruta
-igual que si fuesen niñas-
las uvas como cristal
que adornan nuestras campiñas!
Pinceladas de colores
una villa te dibujan,
donde sus tiestos de flores
en los balcones se empujan,
mostrando un cuadro, ¡señores!,
de imágenes que te embrujan
.
mientras se viste de albor
la aurora, para que empiece
en la cascada del río
ese juego encantador
de agua y sol, que aparece
de colores el vacío.
.
Borra la noche del cielo
su alba, cuando amanece
formando ese revuelo
de matices que te
ofrece.
.
Ángeles Asensio
martes, 4 de febrero de 2014
VOZ
Cuántas
inclinaciones ante mi eco. El racimo uniforme, cellos en tiralíneas,
sonatas en do menor y acústica biennacida. El paladar. Una fuente, una
sopa de letras. Un carmín en las manos de unos labios. Mis pómulos, tus
pómulos, tus ojeras en mis silbidos. ¡Ay!..Esa voz que inclinó su frente
a la media mía, el volumen que despierta el aire. Al alba,
corre...corre, que se me escapa el epílogo en esa cartera del viento. No
lo ves, atesora letras como la vid. Un simple comienzo en el final de
una maqueta.
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