José María Pemán (Cádiz, 1987 - Cádiz, 1981)
El grande y renombrado poeta español, nació en Cádiz el 8 de mayo de 1897. Doctorado en Leyes y ungido poeta por temprana y decidida vocación, a los veintitrés años ingresa en la Academia Hispanoamericana de Cádiz y a los treinta y siete es académico de la Real Academia de la Lengua, de la que ha sido también director. Orador extraordinario -perduran en América las resonancias de su viaje triunfal, cuando en vastas asambleas levantó la fe en la España eterna, poética y heroica; dramaturgo de éxitos ininterrumpidos - en 1934 su Divino impaciente electrizaba teatros colmados de renovado público-: ensayista, novelista y articulista que en sus artículos mezcla a su ironía de cuño andaluz una comprensión muy humana y universalista; Pemán es, sobre todo y más que todo, un poeta natural, flexible, lírico, de inspiración y temática variadas que busca siempre "la quintaesencia de la realidad".
"Hay que morir sin compañía,
esposa mía y compañera,
tuya es mi vida toda entera,
pero mi muerte es sólo mía"
El grande y renombrado poeta español, nació en Cádiz el 8 de mayo de 1897. Doctorado en Leyes y ungido poeta por temprana y decidida vocación, a los veintitrés años ingresa en la Academia Hispanoamericana de Cádiz y a los treinta y siete es académico de la Real Academia de la Lengua, de la que ha sido también director. Orador extraordinario -perduran en América las resonancias de su viaje triunfal, cuando en vastas asambleas levantó la fe en la España eterna, poética y heroica; dramaturgo de éxitos ininterrumpidos - en 1934 su Divino impaciente electrizaba teatros colmados de renovado público-: ensayista, novelista y articulista que en sus artículos mezcla a su ironía de cuño andaluz una comprensión muy humana y universalista; Pemán es, sobre todo y más que todo, un poeta natural, flexible, lírico, de inspiración y temática variadas que busca siempre "la quintaesencia de la realidad".
"Hay que morir sin compañía,
esposa mía y compañera,
tuya es mi vida toda entera,
pero mi muerte es sólo mía"
ROMANCE DE LOS SIETE PECADOS CAPITALES
"Hay que morir sin compañía,
esposa mía y compañera,
tuya es mi vida toda entera,
pero mi muerte es sólo mía"
Tarde abajo, el mayoral
de los siete toros negros
va sorbiéndose en un triste
rojo crepúsculo lento.
Zahones de hipocresía
lleva, y por pica el deseo:
con azahar de inocencia
tienen los estribos hechos.
Los toros con siete lunas
van corneando los vientos:
jazmines de barba espesa
tirando van contra el cielo.
«¿A dónde vas mayoral?»
«A tu corazón los llevo».
Prepara tu mariposa
de seda y luz para el juego,
sácale filo a tu espada
con pedernales de miedo
¡Fina viene de pitones
la luna de un mal deseo!
¡Brava corrida, la tarde
aquella de mi tormento!
y seda morada, en medio.
Yo con la espada y la duda
Contra mí, siete deseos.
Me rozaron en la carne
las siete liras de huesos.
Geranios de sangre fresca
mis alamares prendieron.
Me salpicaron de espuma.
No me llegaron al cuerpo.
Cuando la tarde sorbía,
rojo, el crepúsculo lento,
por los prados, ya sin toros
luz de aurora en el sombrero
sin espuela y sin estribos
llegaba el Mayoral Bueno.
Vendas de seda traía
y aceite de olivos nuevos;
arena fresca en las manos
para enarenar el ruedo.
«¿A dónde vas, mayoral?»
«A tu corazón los llevo».
DERAY
"Hay que morir sin compañía,
esposa mía y compañera,
tuya es mi vida toda entera,
pero mi muerte es sólo mía"
Tarde abajo, el mayoral
de los siete toros negros
va sorbiéndose en un triste
rojo crepúsculo lento.
Zahones de hipocresía
lleva, y por pica el deseo:
con azahar de inocencia
tienen los estribos hechos.
Los toros con siete lunas
van corneando los vientos:
jazmines de barba espesa
tirando van contra el cielo.
«¿A dónde vas mayoral?»
«A tu corazón los llevo».
Prepara tu mariposa
de seda y luz para el juego,
sácale filo a tu espada
con pedernales de miedo
¡Fina viene de pitones
la luna de un mal deseo!
¡Brava corrida, la tarde
aquella de mi tormento!
y seda morada, en medio.
Yo con la espada y la duda
Contra mí, siete deseos.
Me rozaron en la carne
las siete liras de huesos.
Geranios de sangre fresca
mis alamares prendieron.
Me salpicaron de espuma.
No me llegaron al cuerpo.
Cuando la tarde sorbía,
rojo, el crepúsculo lento,
por los prados, ya sin toros
luz de aurora en el sombrero
sin espuela y sin estribos
llegaba el Mayoral Bueno.
Vendas de seda traía
y aceite de olivos nuevos;
arena fresca en las manos
para enarenar el ruedo.
«¿A dónde vas, mayoral?»
«A tu corazón los llevo».
DERAY
9 comentarios:
Interesante poeta para descubrir y un bello romance cargado de sentimiento y un arte sin igual. besos por dar a conocer este genial gaditano.
Gran escritor y cómo me gusta esa guitarra que suena!!
Me lleva a mi tierra!!
Besos
...a Roma se va por bulas,
por tabaco a Gibraltar,
por manzanilla a Sanlúcar
y a cádiz se va por sal...
como decia Lorca...Pemán y Pemartín de Jerez...poetaços poetaços...
Una bellisima entrada precioso poema corazon
un beso
Me enamora la guitarra y me fascina el poema, felicidades
Un abrazo
Stella
"Hay que morir sin compañía,
esposa mía y compañera,
tuya es mi vida toda entera,
pero mi muerte es sólo mía"
Palabras sabias y verdaderas que encierran una gran enseñanza de entendimiento, y por soleá, como debe ser.
Saludos.
Me quito el sombrero!....
Fina poesía de sentimientos cruzados, con ese instinto especial que tienes para recrear las imágenes y hacerlas subir por nuestras venas...Siete es un número mágico lleno de mensaje como siete son los días de la semana...y siete las oportunidades que nos da la muerte, para escapar de ella...¿las hemos contado alguna vez?...Eres poeta por los siete costados...un abrazo de azpeitia
Precioso y intenso poema ¡¡ Viva estos siete pecados capitales!!
Mi alma de poeta.
Besos de MA para ti amiga,
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