Te encontré en mi camino.
Tu sombra bienhechora me llamaba
y me acerqué hacia ti.
Me acogieron tus ramas con su fresco temblor
y, al roce de la brisa,
tu cantarina fronda me acunaba.
… Y me fundí contigo en un estrecho abrazo.
Mi cuerpo ya era parte de tu tronco,
y corrió por mis venas
toda la savia de la madre tierra.
© Carmen Aguirre
2 comentarios:
Bonitos versos donde fundes
ensoñadora tu sangre con la savia de la naturaleza.
Saludos desde El Bierzo
Muchas gracias Paco,
me gusta fundirme con la naturaleza.
Un abrazo.
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