Con ojos de río
vengo hasta tu tierra,
con anchos fanales lucientes de agua,
con cuencas de fuente que no se contiene,
con las niñas vencidas en el derrame gozoso
del candor de las lágrimas,
con ojos de río, con dientes de nube
y lengua de tormenta,
borrasca escondida esperando su dicha,
buscando su calma, su descarga eléctrica,
con boca en abismo y oleaje encrespado,
vengo a derramarme,
vengo a desamarme ,
vengo a fecundarte, vengo
a desarmar mi alma para amarte.
empapar tu entraña de deseo sin medida
la gleba abrasada, las eras ansiosas,
trazar en tu vientre surcos apretados
plantar las simientes morenas, doradas
y verdes y rojas y malvas y púrpuras,
quisiera que el agua
te inunde las grutas del cuerpo y del alma;
quisiera que un agua cargada de dicha,
repleta de brillos, peces y consuelos,
suba hasta tus ojos, se aloje en tu frente,
que un agua sin peso te llene por dentro,
que una claridad, aspergida en raudales,
aclare tu tierra, traspase tu carne,
te labre y desvele y abra tus semillas
que salgan a flote tus dones ocultos,
tus joyas durmientes, tus hondos tesoros...
Que el agua, quisiera, reavive tu sueño
y sosiegue tu hoguera, quisiera nacer
tímido a la sombra fiel de tu garganta,
lanzarme en tu pecho cual loco torrente,
correr por tu falda como un río niño
llegar a tus plantas cargado de barcos
cargado de puentes, cargado de pueblos
y al par de morir, fundirme contigo
en la playa eterna que baila y que vuelve
rebosada en soles y en brillos salados;
fundirme contigo en el mar usurero
que roba las sales, las tierras, los ojos
y roba las redes y roba los barcos;
y esconde en sus grutas las miradas tristes;
y esconde madejas de miedos eternos
y huesos de ríos que un día corrieron
de vino y de sangre, de lava y de fuego...
Quisiera robarles contigo a los mares
el vértigo de los acantilados,
los feroces miedos negros abisales,
las galernas, los naufragios,
las fauces abiertas de los monstruos
y los colmillos de la noche marina;
quisiera tenderlos al sol de canícula
para que se sequen y que se consuman.
Quiero que seamos ladrones del tiempo,
piratas del sino insondable y helado.
Quiero que seamos vapor y tormenta,
lluvia calabobos, nube de aguacero,
manantial y caño, acequia y arroyo,
río y estuario, quiero mar y océano
sin pozos ni cuevas, sin noche ni piélago,
quiero que seamos bandada de pájaros
diáfanos con alas azules de agua,
quiero que seamos un río infinito
de aves de cristales, te quiero y nos quiero
6 comentarios:
Más que solo ojos de río, es alma de río. Una torrente que se vierte en la calma.
Saludos.
Agua es emoción; agua es fluidez; somos agua y ella nos da vida.
Esos acantilados que retan los embistes de las olas se asemejan al amor y la pasión que fluyen en estos versos de amor, pasión y deseos de libertad eterna.
Así debe ser el verdadero amor.
El agua es vida y nos da vida a la tierra es el planeta azul.
Un placer leer y comentar tu canto escrito al agua en tu escritura.
Un abrazo de MA.
El blog de MA.
Y volver a nacer entre tus manos,
aporte de vida que brota de ti. Anoche volví a soñar despierta
y ¿sabes que?
entonces lo entendí...
No se puede decir más hermoso, José... Creo que no había leído antes este poema que traspasa las fronteras de los sentidos. Me ha encantado... es pura sensualidad.
Un abrazo
Gracias, Beatriz, Verónica, Mª Angeles, Lola, Mª Antonia, amigas, hermanas poetas, por conectar y sintonizar con ese amor-agua que nos envuelve a todos.
Siento no haber tenido tiempo últimamente para pasarme por esta nuestra casa común a leeros a vosotras y a los demás. Prometo hacerlo en los próximos días con calma, con la calma lenta de un remanso en el río después de los rápidos.
Un abrazo
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