TSUNAMI
Inmensos nubarrones se
han tragado
Como si fuesen carneros
hambrientos
Las últimas briznas de
luz solar.
Estalla la tormenta.
Sobre el campo y en el
inmenso cielo,
Culebrillas zigzagueantes
vuelan
Sobre los árboles,
testigos mudos
De lo que está
pasando:
Es la noche del
día.
De vez en cuando un
rayo
Descarga su ira ciega
sobre el agua
Del remansado lago
enajenado
Que no se inmuta. Arriba
en la montaña
Torrentes de agua
turbia
Arrasan cuanto encuentran
a su paso.
Y es la nueva
energía
Despiadada y
fecunda
De la naturaleza
creadora
La que viene
arrasando
Sin distinguir lo bueno
de lo malo.
El fuego quema la sangre
dormida
De los que se ocultaban
en la sombra.
Y en lo oscuro de este
tiempo maldito
El lago ya se
agita
Como si fuese un mar
embravecido
Que se lo traga
todo.
Ya es tarde para ponerse
a resguardo
Del tsunami. La historia
se repite
Como la piedra aquella
que rodaba
De país en país, de
pueblo en pueblo.
Ahora el tsunami alcanza
el mundo entero
Y nada queda al
margen:
Tenemos que
mojarnos
Y perecer o revivir
luchando.
3 comentarios:
Como siempre un placer leerte Antonio.
Ojala tu tsunami aprenda a discernir y solo arrastre a su paso lo malo.
Un abrazo.
Si, vamos camino de un desastre que todos preven, pero no hacemos nada para salvar colectivamente, solo esperar que nuestro culo quede a salvo.
Me gustaron tus versos, espero que
no lleguen a ser: "apocalipticos"
Saludos desde El Bierzo.
Gracias, Mercedes; y gracias, Paco. Siempre es un placer contar con vuestros comentarios. Abrazos.
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