Siempre nos despedimos en una esquina,
en la revuelta de tu casa o la mía,
sin escondernos de las miradas
que tras los ventanales,
observan nuestros besos.
Por un momento aguanto
tu cara con mis manos
a la par que te miro a los ojos,
y te hago mía…solo un instante.
Siento la ternura de tu piel
que me quiere desnudar
quitándome la misteriosa seda
que cubre mi deseo.
Luego abro mis manos
y dejo ir la mariposa que hay en ellas.
Me quedo con ese instante
custodiando esas alas,
La caricia de tus dedos,
el beso de ese instante,
el suspiro que me ahoga,
el adiós del instante,
Y quiero volver atrás,
hacer el camino de vuelta,
lento… muy lento.
Para sentir el presente,
detener el tiempo
para borrar el pasado,
para no perderme en el recuerdo.
Quiero deshacer los pasos
y ando hacia atrás,
recorro el camino
que hay desde la esquina a mi casa,
para que esos mágicos momentos
no se conviertan en ceniza...ni en humo.
Tu cálida mirada se rompe en destellos
Iluminando la soledad de mis noches,
cuando en el regazo de mi cama cierro los ojos
te veo danzando en mi añoranza.
Siento que estoy viva
Tú, aceleras mis latidos.
Hoy te quiero dedicar estos retazos,
escritos con tan confusos sentimientos.
Unos palpitantes pasos que se alejan
sin poder expresar
lo que esta alma desea.
María Sánchez
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