Se sucedían,
como olas sin dueño,
aquellas sombras estivales
en los iris de los siglos.
Caían,
lumbre desde las cumbres,
sobre la luz azul de tu talle.
Al bies,
tras tus andares se precipitaban.
Cabrioleando
se crecían,
audaces,
hasta girarse airadas
y atravesarte,
trasminando tu sangre
de sur y melancolía.
©Trini Reina
Septiembre 2011
7 comentarios:
Eres una poeta como la copa de un pino.
Besos
música a tu paso que encendía el faro para poder llegar........... precioso Trini. Besitosssssss
Bonito poema para irse a a descansar ,gracias
Dulces sueños y feliz fin de semana
Esteban (tete)
Precioso poema. Comparto con Ananda que eres una gran poeta.
Un abrazo para tod@s
ole tu melancolía sureña...Mujer!..
El mar como tús letras...
Atravesar este espacio es belleza!
Y cabrioleando te vuelvo a decir que es un poema muy hermoso. LLevas el arte en tus venas.
Besos
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