De un tiempo a esta parte
cuando bordeo las gentes,
las rutinas, los instantes…
siento clavarse dentro
el diente de fuego amargo
de ese instinto avariento
por conservarme
por conservarme
que en realidad
me pierde
..y no soy yo
lo que prosigue,
lo que conquista el futuro
alegando cegueras parciales.
Me fragmento…
Me fragmento avanzando…
Me fragmento..
y así evito
que un mañana vengativo
devore cruda a mi niña,
a la niña que fui un día
y que en parte
sigo siendo.
Tengo miedo
¿ A qué negarlo?
¿A qué negarme este miedo
que me tengo como a nadie?
Me ha encontrado un sol sin sombras…
Me perseguía hace tiempo
y no hay árbol que cobije
la esperanza del engaño
Las heridas no perdonan,
aunque yo haya perdonado..
¡Siguen bramando en su hilo!
..y el espejo no se digna
a devolverme mi rostro
mientras luzca cicatrices
que aún exigen disculpas
¡Como quisiera creer!
Encontrar otro arsenal
de mentiras aún creíbles
y seguir diciendo
“ Creo”
Como quisiera latir
con una sangre distinta..
recién parida por Dios
para dar vida a mi cuerpo
Como quisiera pensar
con ideas encaladas
en mente virgen y limpia
Como quisiera mirar
¡como si no hubiera visto!
Amaya Martín
2 comentarios:
Amaya, bonitos versos, pero...
pides a la vida demasiados
imposibles.
Hay un dicho que dice así " Lo que
no puede, no puede ser y además es
imposible"
Ah, disculpa esos errores, esos vacíos que luce el blog por mi culpa.
Saludos desde El Bierzo.
¡AY! Amaya, como cambian los colores!
la forma de los ojos y las miradas, lo dices muy bien aunque tristemente es así, pasará y volverá la primavera, aunque la flor sea otra, seguirá siendo flor, un abrazo.
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